Fecha: 30 de septiembre de 2019.

 

Nuestro país, a través de los conocimientos y las tecnologías de cientos de generaciones de los diferentes pueblos y comunidades que han habitado su territorio hasta nuestros días, dio al mundo EL MAÍZ, que es uno de los cultivos más diversos, con más de cincuenta razas reconocidas y miles de poblaciones locales nativas adaptadas a las más variadas condiciones edafológicas (suelos arenosos, arcillosos y limosos, en diferentes proporciones), climáticas y ecológicas (desde el norte árido, hasta el trópico húmedo) y de gradientes altitudinales (desde el nivel del mar hasta los 3000 metros); más versátiles, cuyos usos abarcan la totalidad de la planta: raíces, tallos -cañuela-, hojas, brácteas -totomoxtle-, flores -cabellitos de elote y espigas-, fruto -los granos para alimento y para semilla, en diferentes estados de maduración y el olote-, y cuyo aprovechamiento rebasa la alimentación, llegando al arte culinario expresado en la rica y basta gastronomía mexicana, pero también la internacional, y que también incluye los usos medicinales, ceremoniales, ornamentales, de construcción, como combustible, como forraje, etc.; y además ha trascendido fronteras geográficas a lo largo de miles de años, para ser hoy el cultivo de mayor importancia económica a nivel mundial.

Nuestro México, es el lugar donde la sabiduría de los pueblos ha aportado al mundo EL SISTEMA MILPA, que reproduce en su seno las propiedades de los ecosistemas, que integra la diversidad de la agri-cultura expresada en las plantas que se siembran (los maíces, los frijoles, las calabazas, los tomates, los chiles, las habas), las plantas que brotan al interior del cultivo y en sus orillas (las arvenses con usos medicinales, ceremoniales, ornamentales, alimenticios, reguladores de la humedad, para conservar el suelo y aportarle nutrientes, para la construcción, etc.), los animales (que la protegen, que pueden ser aprovechados con distintos fines y aun los que la dañan), el medio físico (el temporal, el suelo, los ciclos biogeoquímicos, los microclimas), los ecosistemas circundantes (bosques, selvas, desiertos, matorrales, etc.), y el ser humano que en su cultura depende de la milpa y la milpa depende de él, esto se expresa en las técnicas de cultivo, el calendario de fiestas y ceremonias enteramente compenetrado con el ciclo de cultivo, la gastronomía, la religiosidad, las ceremonias, la sapiencia, las costumbres.

La milpa es la única vía para garantizar la reproducción, diversificación y conservación viva y dinámica del maíz, pues si este se desprende de la milpa queda vulnerado y susceptible a ser tratado cual mera mercancía, y a su vez si la milpa es despojada del maíz, toda la articulación, cohesión y fortaleza que ha permitido la trascendencia y actualización fluida de nuestra cultura, con su valor intrínseco, queda también frágil y endeble ante el sistema neoliberal depredador en el que nos encontramos y que tenemos la responsabilidad generacional de cambiar.  

Tenemos una gran labor por construir, la bioseguridad del país debe estar a la altura del desafío de proteger al maíz y a la milpa. Es por ello que la CIBIOGEM, debe retomar la rectoría del Estado en Bioseguridad desde una visión integral, teniendo como base una ciencia comprometida con el bienestar social, el cuidado de la agrodiversidad, de la diversidad biocultural, del ambiente y de los bienes comunes, y anteponiendo los principios de la normativa nacional e internacional, así como los derechos humanos. Existe evidencia de la presencia de secuencias transgénicas en maíces nativos. Es necesario dar continuidad a estos estudios, así como apoyar investigaciones sobre las vías de entrada de dichas secuencias, dinámicas poblacionales de las modificaciones genéticas derivadas de la manipulación con base en técnicas de ADN recombinante, métodos de muestreo para la detección de transgenes u otras alteraciones en estas poblaciones, entre otros. También será necesario impulsar estudios acerca del estado de las diferentes modalidades del sistema milpa en distintas partes del territorio nacional, reservorios locales de diversidad de semillas de las plantas de la milpa, etc.

Hoy nos sumamos a las celebraciones del día del maíz, comenzando por aquellas que surgen en los pueblos y comunidades originarias, que desde hace decenios festejan en estas fechas la llegada de los primeros elotes y así dan gracias por tener una vez más el fruto de sus esfuerzos con el favor del buen tiempo. También nos sumamos a la conmemoración y reivindicación de esta fecha, impulsada desde el Gobierno de México. Y nos unimos al sentir del pueblo de México, en el homenaje al Maestro Francisco Toledo quien nos enseñó con pasión y entrega a proteger nuestras tradiciones, nuestra cultura, nuestro maíz.

Secretaría Ejecutiva de la CIBIOGEM.

 

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