7 de abril de 2016.

Ing. Enriqueta Molina Macías, Santamarina Steta, S.C.

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Resumen

La propiedad intelectual surge como una forma de reconocer a los creadores y proteger sus obras e innovaciones. Todo aquello que puede crear la mente, sea una invención, una obra literaria o artística, una imagen, símbolo o nombre comercial, puede ser protegido bajo un derecho de propiedad intelectual.

Conforme la legislación mexicana para otorgar estos derechos de propiedad intelectual, puede clasificarse en Propiedad Industrial (regulada en la Ley de Propiedad Industrial, a cargo del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, IMPI, que incluye patentes, marcas, diseños industriales y denominaciones de origen); Derecho de Obtentor (conforme la Ley Federal de Variedades Vegetales, a cargo de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación a través del Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas, SNICS); y Derecho de Autor (cuya aplicación administrativa corresponde al Instituto Nacional del Derecho de Autor, INDAUTOR, y que comprende obras literarias, musicales, artísticas, audiovisuales, programas de cómputo, entre otros).

Los derechos de propiedad intelectual protegen el interés moral y material, otorgando el derecho a gozar de los beneficios que derivan de su obra y de la inversión realizada para obtener la nueva creación protegida. Estos derechos están consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos (Artículo 27) y en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (Artículo 28).

Los instrumentos para proteger la propiedad intelectual buscan incentivar la innovación, que está ligada no sólo al desarrollo económico, sino al progreso cultural y tecnológico de la sociedad. Es una forma de recompensar a los creadores, pero también de facilitar el acceso a los nuevos desarrollos, ya que se promueve la divulgación.

Una adecuada estrategia de protección a la propiedad intelectual puede ser uno de los principales activos, ser instrumento para coadyuvar al financiamiento de la investigación, facilitar la transferencia y adopción de tecnologías, y es un indicador de competencia y nivel de desarrollo de los países.

 


 

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