15 de agosto de 2014.

Dr. Yuri Peña. El Colegio de la Frontera Sur, Unidad Campeche.


RESUMEN
En la última década la ingeniería genética ha ampliado su acervo de herramientas tecnológicas para la manipulación del genoma de los seres vivos. Las nucleasas sitio dirigidas son un claro ejemplo de ello. Este tipo de herramientas permiten generar cambios en el genoma dirigiendo de manera muy precisa las alteraciones a sitios muy concretos en el genoma. Las nucleasas de dedos de Zinc (ZFN), las proteínas efectoras de tipo activador transcripcional fusionadas a nucleasas (TALENS) y las nucleasas asociadas a clústeres de secuencias repetidas inversas (CRISPR/CAS) son algunos de los sistemas que permiten realizar esta tarea. De manera general estas nucleasas cuentan con componentes proteicos (ZFN y TALENS) o de ARN (CRISPR/CAS) que permiten primero un reconocimiento de secuencias únicas en el genoma del organismos que se desea manipular, y segundo la realización de un corte en una o ambas cadenas del ADN. Como resultado los mecanismos de reparación celular pueden reparar el corte realizado mediante mecanismos de unión de extremos no homólogos (NHEJ) o mediante mecanismos de reparación homóloga (HDR). En el caso de NHEJ, la célula puede reparar extremos en los que simplemente el corte por SDN resulta en deleciones discretas causando disrupciones a un gen dado (Muy usado para generar Knock-outs); mientras que en el caso de HDR, si existe la presencia de un ADN donador, la reparación puede resultar en inserciones o modificaciones puntuales en la secuencia. Estas herramientas sin duda representan un potencial enorme para la manipulación del genoma de una manera precisa, aunque al mismo tiempo representan un reto para la detección de esos cambios en OGMs, los cuales pueden ser sumamente sutiles (hasta 1 base).

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