18 de mayo de 2015.
Beneficios ambientales y sociales con la adopción de algodonero transgénico alrededor del mundo y en México.
Resumen
Desde la introducción en 1996 del algodonero transgénico con resistencia a lepidópteros y tolerancia a herbicidas hasta este último año se han sembrado 24.3 millones de hectáreas en 15 países del mundo con un beneficio económico para los agricultores de $32,500 millones de dólares globalmente. Se ha observado a nivel global y nacional un incremento significativo en el rendimiento del cultivo, beneficios económicos, y ambientales por la reducción en uso de insecticidas, y sociales para miles de agricultores, además de un mejor manejo de las plagas. Actualmente México es uno de los países con mejores rendimientos en el mundo. Con una superficie cultivada de alrededor de 100,000 ha produce lo que se obtenía en una superficie ocho veces mayor hace más de dos décadas. Se discuten en este seminario los aspectos mencionados y los retos que afronta la adopción de esta tecnología en este cultivo.
Dr. David Mota Sánchez, profesor del Departamento de Entomología, Michigan State University.
Manejo de plagas en algodonero antes y después de Bollgard®
Resumen
La zona algodonera de Tamaulipas ha sido fuertemente afectada en dos ocasiones por la presión de las plagas. En 1969 y 1995 los campos de algodón se tuvieron que abandonar ya que una docena de aplicaciones de insecticida no eran efectivas, ni costeables, para controlar a las plagas; entre ellas la más calamitosa ha sido el gusano tabacalero. A este insecto se le tratado de combatir desde hace más de cien años con toda clase de estrategias: con productos químicos que ahora están prohibidos por su peligrosidad, hasta con biotecnología agrícola, habiendo sido también objeto de control con campañas de erradicación que resultaron ser infructuosas. Por primera vez en esta larga batalla, el uso de algodonero genéticamente modificado ha ofrecido una solución que no ha tenido paralelo en la lucha contra este gusano. De 25 aplicaciones de insecticida que se solían hacer en este cultivo hace 75 años, ahora cuando se requiere, solo se necesita hacer una. Los insecticidas de antaño que eran muy peligrosos para el usuario y el ambiente, han sido sustituidos por otros que son altamente específicos, poco duraderos en el ambiente y de muy baja toxicidad. El gusano rosado en otras zonas algodoneras de México ha sido también muy importante. De al menos una docena de aplicaciones de insecticida que se solían hacer para tener un control parcial, se ha cambiado al uso de algodonero genéticamente modificado, trampas y feromonas de confusión, y la liberación de machos estériles; tácticas conjuntadas en un programa integrado binacional, han llevado a esta plaga al borde de su erradicación en algunas zonas de México. El algodonero, el cultivo que hace algunas décadas se asperjaba con una tercera parte del volumen de todos los insecticidas usados en el mundo, ha venido a ser un gran ejemplo de un manejo de plagas sustentable; como no se ha visto en la mayoría de los cultivos intensivos.
Dr. Carlos A. Blanco, The University of New Mexico.