12 de mayo de 2016.
Dr. Jorge A. González, Profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Resumen
La sociedad mexicana enfrenta retos muy complejos frente a problemas que se manifiestan en muchos niveles de organización, con efectos y comportamientos inéditos y con profundos costos económicos, productivos, humanos, culturales y socio-ambientales, que en muchos casos, rebasan el ámbito de las disciplinas, pues a pesar de los enormes avances en casi todas las áreas del conocimiento, la solución efectiva a tales problemas solo puede venir de un tipo de conocimiento transversal generado en las fronteras de las diferentes ciencias. No puede ser conseguido con la simple suma de los conocimientos especializados.
Es un acuerdo la necesidad de encuentro y diálogo entre especialistas diversos como condición para poder producir el conocimiento necesario, sin embargo, en muchas ocasiones esa necesidad de diálogo, acuerdo y generación de soluciones de conocimiento ante tales problemas, se queda solo en buenos deseos y la expresión de esa necesidad.
Desde mediados del siglo XX y hasta el inicio del XXI, comenzó a consolidarse la Epistemología Genética, una ciencia positiva, no especulativa, que ha generado una disciplina científica que tiene un dominio, un método y un objeto propios y que ha generado una teoría robusta, lógicamente coherente y empíricamente contrastable sobre los procesos de conocimiento en la especie humana.
Las formulaciones y hallazgos de dicha Epistemología y su encuentro con la teoría de sistemas complejos y la perspectiva del desarrollo de cibercultur@, constituyen una alternativa práctica, crítica y constructiva para conformar equipos de trabajo multidisciplinarios que se ocupan en generar conocimiento interdisciplinario al interior de la ciencia como discurso y como institución social especializada.
El puente entre ese conocimiento que llamamos interdisciplinario y la transformación positiva de las prácticas de los agentes sociales que enfrentan y padecen directamente los problemas aludidos, es capaz de abrir otro nivel de diálogo, no solo entre los colegas científicos, sino con la sociedad a la que la ciencia se debe.
