Fecha: 16 de octubre de 2018.
- Se hará mediante capacitación en el marco del Programa de Buen Uso y Manejo de Agroquímicos, con la colaboración de la SAGARPA y del SENASICA.
- Participará el sector privado, a través de PROCCYT, para que se implementen actividades y planes de acción integrales.
A solicitud expresa de la asociación Productores Orgánicos de Calakmul, A.C., la Secretaría Ejecutiva de la CIBIOGEM promoverá enlaces de coordinación con la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) y su órgano desconcentrado, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), a fin de que estas instancias gubernamentales capaciten a las comunidades agrícolas y apícolas de esta población del estado de Campeche, sobre el Programa de Buen Uso y Manejo de Agroquímicos (BUMA), sobre la recolección de envases y sobre Manejo Integral de Plagas.
Así se determinó durante la Tercera Sesión Ordinaria del Consejo Consultivo Mixto (CCM), uno de los grupos de apoyo de la CIBIOGEM, integrado por representantes de organizaciones, cámaras o empresas de los sectores privado, social y productivo. Otro de los acuerdos derivados de esta sesión, en combinación con el anterior, fue que el CCM impulsará la participación del sector privado para que se implementen actividades y planes de acción que permitan el buen uso y manejo de agroquímicos y la sanidad de las colmenas con apicultores de las comunidades de Calakmul. Con este propósito mediará la asociación Protección de Cultivos, Ciencia y Tecnología (PROCCYT), líder de la industria de la ciencia de la protección de los cultivos en México.
Al formular la petición, el representante de la asociación de Productores Orgánicos de Calakmul, el Sr. Porfirio Uribe Hernández, destacó que México es el séptimo exportador de miel a nivel mundial, y que el 70% de la polinización en la agricultura la llevan a cabo las abejas. Por ello, cobra especial relevancia el tener mejores prácticas agrícolas y evaluar la pertinencia del uso de agroquímicos, “muchos de ellos asociados a los organismos genéticamente modificados y a cultivos convencionales, en un área de abundante riqueza natural, que tiene el potencial suficiente para hacerse orgánica”.
Al ofrecer sus argumentos, el también representante del sector productivo en el CCM, dijo que la exposición repetida a los insecticidas no solo cambia la vida de una abeja, sino de toda la colonia, ya que puede dificultar su proceso productivo y causarles enfermedades, pérdida del sentido de orientación, contaminación de la colmena y hasta la muerte. Entre los herbicidas y plaguicidas más utilizados en la región, mencionó la clotianidina, imidacloprid, tiametoxam y glifosato. En cuanto a este último, comentó que, aunque es uno de los menos tóxicos, afecta a organismos no objetivo, el crecimiento de micro algas y bacterias benéficas y altera la microbiota de las abejas.
“Solicitamos que las empresas productoras de insumos para la agricultura busquen mecanismos mucho más limpios y respetuosos con el medio ambiente que los que al día de hoy tenemos”, dijo Porfirio Uribe, destacando la importancia de informar a la población, al tiempo que exhortó a las autoridades competentes para que “evalúen su normativa, con la intención de tener mejores prácticas agrícolas, superando las prácticas obsoletas que todavía se dan en la región”. Normalmente, indicó, los agricultores aplican las fumigaciones sin tener el equipo personal adecuado para protegerse y no dañar su salud ni exponer la de los demás; es decir, no poseen una cultura de la prevención, además de que no cuentan con contenedores especiales para desechar los envases de los productos agroquímicos.
Sin embargo, mencionó otros factores que influyen en esta problemática, como el cambio climático, un manejo inadecuado para enfermedades y plagas de la abeja (varroa, ácaros, escarabajo, entre otros), la reducción del área de recolecta de néctar (pecoreo) debido al aumento de la frontera agrícola, y el uso de Agroquímicos y pesticidas relacionados con la siembra convencional y transgénica.
La asociación Productores Orgánicos de Calakmul advierte la necesidad de desarrollar una serie de acciones para contribuir a la solución de esta problemática, tales como el establecimiento de programas específicos para detener, o en su caso, mitigar los efectos del cambio climático y el deterioro de la biodiversidad; iniciar un programa intensivo de reforestación eficiente, así como detener y penalizar la deforestación, que es una de sus principales causas; mejorar las prácticas agrícolas mediante el uso de agroquímicos orgánicos y plaguicidas más amigables; implementar un mejor control biológico, y aplicar una regulación más estricta. En este sentido, la asociación se pronunció por actualizar las leyes mexicanas en materia medioambiental.
En relación con la apicultura, Uribe Hernández apuntó que esta actividad debe ser reconocida no solo como un negocio, “sino como una práctica de conservación, por su contribución a la defensa de la biodiversidad y a la industria alimenticia”. Se pronunció por establecer un precio de garantía en la miel, para que el pequeño productor no sea marginado, y mejorar las prácticas apícolas. También habló de promover decretos para establecer zonas específicas para agricultura intensiva y de no transgénicos, así como de invertir en la recuperación de colmenas en todas las zonas agrícolas. En este último punto, se refirió al mejoramiento genético de abejas, a la conservación de razas nativas como patrimonio de la humanidad, y al establecimiento de criaderos especializados de abejas en la Península de Yucatán.
Los acuerdos tomados por el CCM serán impulsados desde la Secretaría Ejecutiva de la CIBIOGEM, como parte de sus responsabilidades y atribuciones, para contribuir en la solución de problemáticas o situaciones que afectan al sector productivo y con la mejor disposición de apoyar a los sectores social y productivo.