La evidencia científica indica que México es altamente vulnerable al cambio climático, exacerbando por problemas sociales preexistentes como: pobreza, desigualdad, deterioro y riesgo ambiental, salud pública deficiente, pérdida de biodiversidad y contaminación del aire, agua, suelo, además de la alteración de procesos biogeoquímicos.

Este fenómeno global, cuyo origen es claramente el sistema socioeconómico de producción y consumo, que estableció una relación depredadora con la naturaleza, requiere de la construcción de conocimiento y acción global y local, así como de una sociedad informada y participativa que pueda revertir sus causas y reducir sus impactos para las personas, las sociedades y la naturaleza en su conjunto.