El transporte es el segundo sector que más contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel mundial (con 6.9 GtCO2eq en 2018, o 14.2% de las emisiones totales). México se encuentra entre los primeros 10 lugares mundiales en cuanto a emisiones de GEI en el sector transporte, y éste es responsable de la emisión de 148 millones de toneladas de CO2, sólo por debajo de la generación de electricidad. El acceso a la movilidad es además una de las principales causas de desigualdad urbana, inequidad e inmovilidad social. A pesar de esto, el transporte es un sector clave para el desarrollo de las ciudades y de muchas actividades económicas esenciales. En Yucatán, el sector transporte representa el principal emisor de gases de efecto invernadero con 5,877.73 GgCO2e para el 2018. Entre 2014 y 2018, el parque vehicular creció en un 36%, lo que contribuye a agravar las emisiones en el sector. La transición hacia la movilidad sustentable y la descarbonización del sector transporte es esencial para alcanzar cero emisiones netas. Este proceso implica no sólo la electrificación del transporte, sino también una planificación urbana enfocada en reducir los desplazamientos, sustituir los viajes motorizados por alternativas más sostenibles e innovar en el sector del transporte. La descarbonización implica reducir las emisiones de carbono asociadas al transporte, sustituyendo las energías fósiles por fuentes más sostenibles. Además, se destaca la importancia de la planificación urbana centrada en el peatón y el ciclista para construir ciudades de proximidad.