La agricultura es la actividad económica predominante en las zonas rurales de México y del mundo, para que sea sustentable, se requieren modelos de producción de pequeña escala, no extractivistas, a través de los cuales los agricultores gestionen su propio desarrollo comunitario, sean más independientes en la toma de decisiones y eficientes en la utilización de los recursos naturales y de las fuentes de energía de que disponen.

Históricamente, los productores en pequeña escala han tenido pocas posibilidades de generar ingresos adicionales, debido a la baja rentabilidad de sus cultivos, problemas en la comercialización y falta de acceso a sistemas energéticos para la transformación o procesamiento que permitan conservar y dar valor agregado a los productos. Nayarit es un productor importante de frutas tropicales, alrededor de 500 000 ton al año, se cosecha en un periodo corto de tiempo de 60 a 90 días, de ahí que un alto porcentaje de la producción, a veces cercano al 50%, no se comercializa, se pierde o se desperdicia antes de llegar al consumidor final.

En este escenario, es fundamental el secado solar de productos agrícolas, tanto para contribuir al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ya que si una fracción de los productos agrícolas se destina al secado con energía asequible y no contaminante, en las proximidades de los cultivos, se reducen los índices de pérdida y desperdicio de alimentos, la huella hídrica y la de carbón, la pobreza y la vulnerabilidad alimentaria. De ahí que la implementación de tecnologías solares es una opción económica y segura para dar valor agregado a los productos del campo, mejorando la productividad agrícola y el bienestar social.