La erosión de las lenguas indígenas ha sido sistemática a partir de las políticas públicas aplicadas durante los últimos 50 años, con base en una concepción discriminatoria en cuanto al uso social de los idiomas originarios.

Por ello, este proyecto pone el acento en la articulación de distintos actores, en todos los niveles de toma de decisiones, como requisito fundamental para asegurar la concurrencia de perspectivas epistémicas y el desarrollo de procesos de fortalecimiento del bilingüismo, con base en la actuación de los sujetos hablantes de los idiomas originarios.

Esta articulación es imperativa, puesto que se trata de un proyecto que busca la incidencia, en cuanto transformación de las prácticas educativas concretas de los educadores, en contextos específicos y situados de acuerdo con sus características sociohistóricas.