El acceso universal a los servicios energéticos asequibles, seguros y sustentables se estableció como uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS 7) de la Organización de las Naciones Unidas y está correlacionado con otros ODS de manera transversal. El acceso a la energía es primordial para lograr cubrir necesidades básicas a nivel doméstico y comunitario, especialmente para reducir la vulnerabilidad de las poblaciones marginadas.
Uno de los factores limitantes en torno al desarrollo de proyectos energéticos rurales es la cultura asistencialista que ha prevalecido en los programas sociales basados en la dotación de infraestructura y tecnologías en las comunidades. Los programas se han enfocado en la instalación de tecnologías como estufas rurales, calentadores solares, biodigestores, paneles fotovoltaicos entre otras, basadas en licitaciones de dispositivos preseleccionados por las instancias gubernamentales, o bien, financiadas por instituciones de cooperación, pero con escasa participación de las poblaciones y con el nulo diagnóstico de sus necesidades locales. Esta situación conduce a que las ecotecnologías no correspondan a las necesidades locales reales e incluso sean rechazadas o abandonadas por las familias.
El proyecto aborda la problemática de la falta de acceso a sistemas energéticos sostenibles, la ausencia de capacidades locales en tecnologías energéticas, sumada a la falta de opciones financieras, que crea una barrera para satisfacer las necesidades básicas de energía. En su mayoría, las comunidades rurales cuentan con escasos recursos financieros para adquirir o desarrollar tecnología de manera más sustentable. Este proyecto busca superar estas limitaciones, sirviendo como catalizador del desarrollo local al impulsar la adopción autogestiva de ecotecnologías, con un enfoque en la economía social y solidaria para garantizar sostenibilidad y resiliencia a largo plazo. La creación de un esquema financiero basado en los principios de la solidaridad será el detonador para que las familias, por su propios medios (con base en su ahorro), puedan adquirir tecnologías de manera accesible. Los procesos de formación de promotores locales y la creación de cooperativas serán fundamentales para que las comunidades fortalezcan sus capacidades y cuenten con agentes de desarrollo con impacto social, con el fin de alcanzar un crecimiento basado en empleo, equidad social e igualdad.