El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) realizó la mesa “El principio precautorio, los derechos humanos y las prácticas agrícolas libres de agrotóxicos” del seminario “Implicaciones éticas de la innovación tecnológica y de la actividad científica” con la colaboración de la Cámara de Diputados.
La sesión contó con la participación de la diputada María Eugenia Pérez, coordinadora temática de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación; la diputada Araceli Celestino Rosas, secretaria de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación; el Dr. Armando Hernández Cruz, director general de la Sexta Visitaduría de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH); el Dr. Alejandro Rosillo Martínez, profesor de tiempo completo de la facultad de Derecho en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí; y el Dr. Manuel Ángel Gómez Cruz, profesor investigador del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias para el Desarrollo Rural Integral de la Universidad Autónoma de Chapingo. La moderación fue realizada por la Biol. Érica Hagman Aguilar, directora de Políticas y Normativa de la Secretaría Ejecutiva de la Cibiogem del Conacyt.
Durante la apertura del webinario científico, la diputada María Eugenia Pérez recordó que en el 2018 fue publicado un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) relacionado con el disfrute de un medio ambiente sin riesgos, limpio y saludable, en el cual se plasma que los daños ambientales tienen efectos especialmente graves en las y los niños y menores de 5 años.
Recalcó que “las nuevas generaciones recibirán de nosotros un planeta con menos diversidad biológica y un entorno natural debilitado a consecuencia del impacto de nuestras actividades diarias y del cambio climático”. Es por ello que “las legisladoras y legisladores tenemos tareas pendientes para asegurar un ambiente sano para todos, pero en especial para las niñas y los niños quienes se encuentran en situación de mayor riesgo frente a los daños ambientales y a menudos son incapaces de proteger sus propios derechos”.
La diputada Araceli Celestino Rosas reforzó que el principio precautorio tiene toda validez, es efectivo y claro ante la evidencia que se ha exhibido sobre el uso del glifosato y las afectaciones que genera a especies agrícolas nativas, como el maíz, y silvestres, como las poblaciones de insectos polinizadores; así como, los daños que provoca al infiltrarse en el suelo y el agua potable, recalcando los impactos sobre la salud humana, con casos de linfomas, leucemia y otros tipos de cáncer. Explicó que el principio precautorio consiste en que, cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizase como razón para postergar la adopción de medidas eficaces, en función de los costos, para impedir la degradación del ambiente.
El director general de la Sexta Visitaduría de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Dr. Armando Hernández Cruz, propuso aproximarse al análisis y estudio del principio precautorio desde un enfoque vinculatorio a los derechos humanos, particularmente, el derecho a un medio ambiente sano y equilibrado, el cual se encuentra contenido en el artículo 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y que lo dota de un enfoque de carácter sociopolítico, más allá de sólo un tema ambiental, con el cual se debe buscar la mejora los espacios sociales de interacción entre los seres humanos.
Precisó que el Estado mexicano tiene la obligación de diseñar políticas públicas de desarrollo sostenible y medio ambiente, con enfoque de derechos humanos; tomar mejores decisiones y contribuir al goce efectivo del derecho humano al ambiente saludable.
El Dr. Alejandro Rosillo Martínez detalló las bases y alcances del principio de precaución, ligándolo con otros principios como el de equidad intergeneracional y pro persona. Acotó que el Estado tiene la función de ser un garante de derechos y que es su deber el establecimiento de límites a los actores sociales que ponen en riesgo el cumplimiento y el disfrute de éstos.
Finalmente, el Dr. Manuel Ángel Gómez Cruz, profesor investigador del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias para el Desarrollo Rural Integral de la Universidad Autónoma de Chapingo, destacó que existen sistemas y tecnologías con resultados probados y eficientes para conseguir altos rendimientos en la producción de alimentos libres de agrotóxicos, entre ellos el glifosato. Este es el caso de la técnica de “falsa siembra”, la cual, afirmó, debería ser ampliamente replicada.
Sobre la producción orgánica de cítricos, indicó que en el norte de Veracruz existen 700 productores de naranja orgánica que, en 4 mil 500 hectáreas producen cerca de 60 mil toneladas al año; enfatizó el rendimiento por encima del promedio nacional de 14 toneladas por ha. En el caso del café orgánico refirió que hay más de 125 mil agricultores en el territorio nacional que no usan agrotóxicos, lo cual ubica a México como líder en este cultivo.
El webinario también contó con la presencia de la diputada Adriana Bustamante Castillo; la presentación de la mesa “El principio precautorio, los derechos humanos y las prácticas agrícolas libres de agrotóxicos” puede consultarse en el siguiente vínculo: https://bit.ly/3AdiCUf.