La enfermedad renal crónica (ERC) representa una carga catastrófica a nivel global, pues genera un impacto significativo en la calidad de vida de las personas afectadas y sus familias. La falta de un modelo de atención oportuna que detenga el progreso de la enfermedad renal, junto con el elevado costo de tratamientos como la diálisis o el trasplante conllevan grandes dificultades económicas para los pacientes afectados por la insuficiencia renal crónica terminal.

La preocupante aparición de casos de ERC en poblaciones jóvenes, sin antecedentes familiares o clínicos, sugiere una fuerte influencia de factores ambientales, socioeconómicos y metabólicos en el desarrollo de esta enfermedad.

En el contexto de la región de emergencia ambiental de Tlaxcala, se ha observado una prevalencia elevada de ERC, especialmente en sujetos menores de 25 años. Se especula que la exposición a contaminantes provenientes de actividades industriales y agroquímicas en varias localidades ha provocado un aumento alarmante de egresos hospitalarios por padecimientos renales en jóvenes. Sin embargo, la falta de una evaluación exhaustiva de la posible relación entre la exposición a elementos potencialmente tóxicos y las alteraciones renales en esta población obstaculiza un abordaje efectivo de la enfermedad.

Frente a esta problemática nacional, es imperativo implementar estrategias como el diagnóstico temprano y la intervención educativa, que ayuden a controlar los factores de riesgo socioambientales relacionados con la enfermedad renal en poblaciones vulnerables.

La colaboración y coordinación entre diversos actores gubernamentales, investigadores, profesionales de la salud y la comunidad se torna esencial para desarrollar políticas públicas informadas y participativas que mitiguen el impacto de la ERC en un corto plazo. La aplicación de metodologías como la investigación participativa, la cartografía participativa y la integración de saberes locales permitirá generar conciencia comunitaria y empoderar a la población para el cuidado de su salud y del ambiente. La prevención, el diagnóstico y el seguimiento adecuado de la enfermedad renal y sus factores de riesgo socioambientales, junto con la sensibilización y educación contribuirán significativamente a mejorar la calidad de vida de las poblaciones vulnerables y a proteger el entorno ambiental, no sólo en Tlaxcala, sino también en otras regiones afectadas a nivel global.