- En cumplimiento del decreto presidencial, el Conacyt impulsa investigaciones científicas, desarrollos tecnológicos e innovaciones de alternativas al glifosato.
- En el marco del ciclo de conferencias sobre autosuficiencia alimentaria, organizado por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), la directora general del Conacyt María Elena Álvarez-Buylla presenta avances de la transición agroecológica de país.
- Conacyt apoya 62 proyectos que identifican alternativas culturalmente pertinentes, rentables, seguras para la salud humana y para el ambiente; se implementan al interior del país.
Autor
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
Fecha de publicación
30 de septiembre de 2022
Categoría
Comunicado
La transición agroecológica en México que establece el decreto presidencial para la sustitución gradual del glifosato, hasta su supresión total en 2024, y la prohibición del maíz transgénico, avanza con una base científica robusta que prueba que los cultivos donde se implementan prácticas libres de agrotóxicos, como el uso de bioherbicidas desarrollados con tecnología mexicana, presentan mayores rendimientos y contribuyen a fortalecer las redes campesinas; además, ofrecen la producción de alimentos saludables sin causar daño a los ecosistemas, explicó la directora general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), María Elena Álvarez-Buylla Roces.
En el marco del ciclo de conferencias sobre autosuficiencia alimentaria e innovación tecnológica con prácticas sustentables, a cargo de la Subsecretaría de Autosuficiencia Alimentaria de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), se expusieron diversas acciones, razonamientos, reflexiones y avances, desde una perspectiva multidisciplinaria, en torno al Día Nacional del Maíz que se celebra cada 29 de septiembre, en esta ocasión bajo el principio de conmemoración “sin glifosato ni transgénicos”.
Al exponer los avances de cumplimiento del decreto presidencial, la directora general del Conacyt destacó la marcada reducción de las importaciones del glifosato, así como las alternativas precedentes y las que han emergido en este contexto.
Señaló que esta iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador, que asigna al Conacyt la responsabilidad de articular, promover y apoyar las investigaciones científicas, desarrollos tecnológicos e innovaciones para sustentar y proponer alternativas al glifosato, “no es letra muerta”, porque se responde con profunda responsabilidad a un mandato del pueblo para recuperar la rectoría de Estado en el cuidado de la alimentación saludable, preservando el ambiente y la biodiversidad, así como en la construcción de nuestra soberanía alimentaria.
Desde el Conacyt, dijo, se han diseñado distintos mecanismos de acción para el desarrollo de bioherbicidas con tecnología mexicana, accesibles y libres de agrotóxicos, así como el diseño y la validación de planes para diversos cultivos, por supuesto, sin glifosato, lo que permite consignar mejores rendimientos, con rigor científico y sin menoscabo de los conocimientos tradicionales. Además, se han apoyado 62 Proyectos Nacionales de Investigación e Incidencia (Pronaii) que identifican alternativas culturalmente pertinentes, seguras para la salud humana y para el ambiente, y se han establecido diversas acciones en 25 estados de la República.
La titular abundó que también se han identificado 22 bioinsumos con potencial para ser bioherbicidas mexicanos, principalmente, a partir de extractos botánicos y sales de ácidos grasos, así como algunos otros que se elaboran con residuos industriales. Por ejemplo, destacó el caso de la fabricación de bioherbicidas a base de extractos de plantas nativas del semidesierto de Coahuila, con rigor científico, validación y apropiación en campo, y en apego a las disposiciones aplicables a su regulación.
Destacó que esta articulación virtuosa con instituciones de educación superior, centros públicos de investigación, la industria y las comunidades campesinas del país, se ha establecido bajo un enfoque de innovación social que reconoce los saberes ancestrales; “no empezamos desde cero, sino empezamos justamente con una raíz cultural tan profunda y tan absurdamente desdeñada, que nos da muchas veces la guía científica, la ciencia milenaria, para poder hacer realidad esta transición agroecológica”, dijo la directora general del Conacyt.
Durante la exposición, Álvarez-Buylla Roces presentó la ruta que ha seguido el Conacyt para lograr la implementación de modelos de transición agroecológica, poniendo como ejemplos su aplicación en predios de cultivos de maíz a escala comercial, en los cuales se ha logrado documentar el aumento en los rendimientos sin el uso de agrotóxicos, y el fortalecimiento de las capacidades técnicas y organizativas de redes de productores como la que prevalece en el norte del estado de Veracruz, la cual atiende a cerca de cinco mil personas dedicadas al cultivo de naranja valencia y otra red más que involucra más de tres mil capacitadores en el país que asisten a los territorios para intercambiar información científica y de saberes con el establecimiento de escuelas de campo.
“En Conacyt generamos un nuevo modelo mexicano de innovación que le llamamos Pentahélice, en el cual, desde que se perciben nuevos desarrollos, se tiene claridad de cómo se va a articular la academia con las industrias nacionales, que realmente tienen una visión patriótica con las dependencias del gobierno que tienen esta obligación de recuperar la rectoría en un tema tan importante y siempre teniendo como anclas el cuidado ambiental y el compromiso primordial con el bienestar social.”
Hasta el momento se han reseñado 22 experiencias exitosas en 12 estados de la República, donde se consignan resultados favorables en la transición agroecológica, con mejores rendimientos y un control adecuado de plantas arvenses no deseadas.
Además, se ha publicado un expediente científico sobre el glifosato y los organismos genéticamente modificados (OGM) que reúne 271 referencias científicas, técnicas y jurídicas, con 180 artículos de rigor científico.
En este punto destacó la correlación entre el aumento del uso del glifosato y la expansión de los cultivos transgénicos (maíz y soya) en Estados Unidos con el incremento en el desarrollo de más de 20 enfermedades.
En ese sentido, la directora del Conacyt hizo un llamado para estar atentas y atentos, en una alianza institucional y colectiva de activismo científico y ciudadano permanente, para exigir y verificar que salgan del mercado todos los alimentos que contengan residuos de glifosato o presencia de secuencias transgénicas.
Por su parte, el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de Sader, Víctor Suárez Carrera, puntualizó que el encarecimiento de los insumos en el campo mexicano, derivado la inflación, ha potencializado el convencimiento de las y los productores para promover prácticas agroecológicas, lo que repercute de manera positiva en el cumplimiento del decreto presidencial.
“La crisis que ha triplicado los precios de los fertilizantes químicos se ha vuelto una oportunidad y una ganancia para la humanidad. Hemos hecho mediciones de la productividad que han alcanzado los productores de maíz participantes en esta estrategia de acompañamiento técnico, y hemos constatado que de 2019 a 2021 los rendimientos por hectárea han mejorado en 25 por ciento, y esto lo ha constatado el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias y Forestales, y también se ha evidenciado la disminución del gasto de los productores al consumir menos agroquímicos externos y sustituirlos por bioinsumos locales”, apuntó.
La secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), María Luisa Albores González, resaltó que, entre los avances y actividades de sensibilización en el país sobre los efectos perniciosos del glifosato, destaca un acuerdo con la comunidad menonita de Campeche, que históricamente había implementado una agricultura basada en el monocultivo con alto uso de agrotóxicos. Bajo este acuerdo de 2021, se comprometieron a detener todas las actividades que impliquen la deforestación de la selva maya y a establecer sistemas de producción más amigables con la naturaleza.
En la conferencia número 42 del ciclo sobre Autosuficiencia Alimentaria e Innovación Tecnológica con Prácticas Sustentables, organizado por la Sader, también participaron el titular de la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris), Alejandro Svarch Pérez; el director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud (CINyS) del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Simón Barquera Cervera; la directora de programa en el Instituto para la Política Agrícola y Comercial, de Minneapolis, Estados Unidos (IATP), Karen Hansen-Kuhn; así como la representante de la campaña “Sin maíz no hay país”, Mercedes López Martínez.
Comunicado 325/2022
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