En el marco del Seminario Permanente “La ciencia es tu derecho”, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) llevó a cabo la primera mesa denominada “La superación del paradigma neoliberal en la primera Ley General en materia de HCTI”, la cual reunió a investigadores de diversas áreas del conocimiento para discurrir sobre el entramado de la política científica en el país.
Las y los ponentes coincidieron en la urgencia de actualizar la normativa del quehacer científico para hacer de la ciencia un derecho alejado del enfoque mercantil. Manifestaron que el ejercicio de diálogo que el Conacyt promueve, abona con nuevas aristas y perspectivas que enriquecen la construcción de la nueva Ley General en el ámbito de las humanidades, las ciencias, las tecnologías y la innovación (HCTI).
En este webinario participó Ricardo Contreras Soto, coordinador de la Red Internacional de Investigación de la Economía Social desde la Epistemología del Sur, quien indicó los contrastes entre el modelo neoliberal y el Proyecto de Ley General en materia de HCTI. Destacó que el Proyecto promueve la independencia científica y tecnológica de México frente a empresas del sector privado, organizaciones o países, así como una mayor y más efectiva incidencia en políticas globales de investigación, construcción y desarrollo de una cultura científica humanística basada en el rigor epistemológico, el diálogo de saberes, la producción horizontal y transversal del conocimiento, la pluralidad y equidad epistémicas, la interculturalidad y el trabajo colaborativo.
Durante su intervención, Veronika Sieglin Suetterlin, profesora titular del Departamento de Posgrado de la Facultad de Trabajo Social y Desarrollo Humano de la Universidad Autónoma de Nuevo León, destacó que en la Propuesta de Ley se aprecia la disposición de atender las opiniones, las experiencias y las críticas vertidas por la comunidad. Lo anterior, dijo, ratifica la voluntad del Estado de crear un sistema público de ciencias que no obedezca únicamente a los intereses de los sectores más poderosos sino que incluya a toda la población. Recalcó que un cambio fundamental con relación a las políticas neoliberales se observa en el tratamiento de los productos de la ciencia, en tanto que durante el neoliberalismo estos productos debían mercantilizarse, mientras que el actual Proyecto de Ley General los articula con el derecho humano al acceso del conocimiento científico. Asimismo, sentenció que, aunque el Estado busque garantizar con esta Ley la libertad de investigación, las bases académicas y científicas no son libres debido a que dependen totalmente de la burocracia universitaria.
Por su parte, Víctor Alejandro Espinoza Valle, presidente de El Colegio de la Frontera Norte (Colef), mencionó que el cambio de paradigma impulsado desde el 2018 debe tener continuidad porque las resistencias estructurales no sólo se superan con voluntad sino con un trabajo de cambios profundos y estructurales. Destacó que con esta Ley estamos ante la gran oportunidad de transitar hacia un verdadero sistema en el que se integren plenamente los 26 CPI, pero también, de reorientar el trabajo científico, humanístico, tecnológico y de innovación en el país. De igual forma, acotó que hay un combate decidido a la corrupción; “vamos avanzando en términos de romper muchas inercias de una ciencia que era útil para el mercado; ahora, la orientación es hacia una ciencia útil para la sociedad”.
En su intervención, Andrés Barreda Marín, coordinador del Pronaces “Agentes tóxicos y procesos contaminantes” del Conacyt, coincidió con los múltiples señalamientos previamente enunciados sobre los espacios universitarios y la necesidad de una reforma universitaria como punto nodal. Indicó que el modelo norteamericano de subordinación de los espacios universitarios, bajo el complejo militar-industrial, era algo que se venía desatando de manera muy inquietante, lo que desencadenó en el crecimiento indiscriminado de las empresas transnacionales y su utilización a modo de las ciencias, lo cual fue un problema no sólo de conflictos de interés sino también de establecimiento de agendas epistemológicas. “Había una monstrificación de corrientes epistemológicas reduccionistas”. Recalcó que, al interior de las universidades, proliferó una serie de métodos de clasificación de lo que debería de ser apoyado en la investigación científica, lo que afectó profundamente en la selección de temas de investigación y de perfiles de investigadores.
La primera mesa “La superación del paradigma neoliberal en la primera Ley General en materia de HCTI”, fue moderada por Viridiana Gabriela Yáñez Rivas, directora de Planeación y Evaluación del Conacyt.
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