Autor
Dra. María Elena Álvarez-Buylla Roces
Cargo
Directora General del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías
Fecha
13 de marzo de 2024
Agradezco esta invitación para compartir con ustedes un sencillo mensaje con motivo de este aniversario número 42 de este importante Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, que debe ser desarrollo humanístico o desarrollo con enfoque de bienestar, porque este desarrollo propio del neoliberalismo muchas veces está, justamente, en contra del verdadero alimento y los sistemas productivos, dominantes, agroindustriales, incluyendo la revolución verde que producen antialimento, es decir alimentos que muchas veces nos enferman y luego tenemos que estar haciendo adecuaciones, transformaciones y medicamentos para sanarnos de todo este consumo de antialimentos.
Este Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo CIAD, esperamos que vaya haciendo cada vez más un centro igual que el Conahcyt, renovado, transformado, que vaya aportando de manera profunda y con una visión crítica, nuevas formas de producir verdaderos alimentos sin destruir el ambiente y la salud, no solamente de las y los mexicanos, sino del mundo entero porque en México, con nuestra gran riqueza biocultural, estamos en la posibilidad de producir alimentos diversos ricos para el mundo entero.
Por ello, doctora Graciela Caire Juvera le agradezco haberse sumado a este equipo de transformación con la audacia que nos caracteriza a las mujeres para poder estar al frente de esta institución tan importante centro. A la planta académica de técnicas, técnicos, los administrativos, les profeso admiración y sé que tienen una capacidad transformadora y de impacto virtuoso en el país muy grande; les felicito por todo lo que han hecho, sea cual sea el enfoque previo del Conahcyt y de los gobiernos neoliberales, porque ustedes están trabajando de corazón y con una intención y con un enfoque ético a favor de nuestra población y de la alimentación. Me da gusto saludar a toda la comunidad y de manera muy especial, a toda la comunidad estudiantil de este importante centro público de investigación.
Desde su creación, en 1982, este centro se ha consolidado como una institución de referencia nacional en la generación de ciencia básica, de frontera en algunos, casos y aplicada también y en el desarrollo tecnológico, que si bien ha generado conocimiento y capacidad que espero vaya transformándose a una visión de generación y de prevención de destrucción de nuestro sistema alimentarios tradicionales para realmente contribuir con un enfoque de bienestar para todas y todos en esta actividad tan importante que es la producción de alimentos.
En estas más de cuatro décadas de historia, el CIAD es reconocido a nivel nacional e internacional como una institución de prestigio que es gracias al trabajo cotidiano de todas y todos ustedes y ha contribuido en aspectos muy críticos, a veces, de la nutrición en las personas, pero también en los animales y en los retos de producción de alimentos, a partir de los vegetales, también en salud, en temas tan graves como el cáncer de mama.
El trabajo que se ha hecho desde el CIAD es fundamental y la alimentación así, como el ejercicio y los buenos hábitos de vida son fundamentales para la buena salud y, en particular, para mantener una salud en las personas en todo esto que tiene que ver con la prevención de procesos inflamatorios crónicos, que son los que llevan a las neoplasias, estos procesos inflamatorios crónicos, dependen de lo que comemos y la gran mayoría de los alimentos son en realidad antialimentos, porque han sido producidos con procesos que implican la visión de tóxicos en toda la cadena de producción y de transformación de los mismos y lejos de nutrirnos nos enferman.
El CIAD ha contribuido a entender aspectos fundamentales del desarrollo biológico del ser humano, aspectos de la producción, de la conservación y calidad y comercialización de alimentos; aquí hay aspectos muy propios de los sistemas de desarrollo industrializados y ojalá que miremos más a nuestra cultura, nuestra historia de alimentación —que ahora promueve la Secretaría de Salud tradicional de nuestra alimentación de la milpa— que, además, las milpas, así como los maíces, los frijoles, los chiles son tan diversos como las culturas de todo nuestro territorio, son sistemas que no solamente están adaptados a las culturas locales, sino también a los sistemas y al conjunto de factores ambientales y como dice la FAO, aquellos sistemas más especializados, a nivel muy local es donde se produce la mayor cantidad de alimentos saludables y donde se contribuye realmente al combate del hambre en el mundo.
Los impactos ambientales de los procesos de desarrollo social también han sido estudiados para algunas y algunos colegas del CIAD, involucrando una visión interdisciplinaria de aspectos sociales y económicos y el de conocer y preservar e involucrar de manera activa y evolutiva a los saberes ancestrales, a los pueblos originarios que los mantienen vivos, hoy en día en todos estos procesos de conocimiento, de producción y transformación de lo que nos llevamos a la boca día con día, de lo que damos a nuestros hijos, hijas, nietos y nietos.
Los tiempos actuales en los que las personas, el cuidado ambiental, el bien común la pertinencia cultural, se encuentran en el centro y en la cabeza de toda la política pública; el CIAD está llamado a redoblar esfuerzos para seguir distinguiéndose, pero ahora con este sello transformativo, en un referente por su contribución a la seguridad y, sobre todo, a la soberanía y sustentabilidad alimentaria del país que ha sido colocada en el centro de las políticas de nuestro país, así como por su labor también en comunidades para dar valor y para involucrar con respeto y un sentido de igualdad a todos los saberes de los territorios de nuestro país, la riqueza de su composición social, cultural, económica y natural que hacen posible un alimento verdadero para México y para el mundo entero, hoy y para el futuro.
Porque estas contradicciones que sembró el neoliberalismo y los sistemas agroindustriales, desde la revolución verde y con esta punta de lanza tan nociva que son los transgénicos y sus tóxicos asociados, no han hecho más que destruir el ambiente, generar la mayor cantidad de gases con efecto invernadero y con ello han hecho una contribución mayúscula al cambio climático, pero también a las grandes pandemias no infecciosas, no determinadas por agentes infecciosos, pero a las consecuencias más nefastas que vivimos en nuestro país, también por aquellas pandemias que están generadas por agentes infecciosos, porque han generado sindemias de enfermedades, resultado de esta inflamación crónica, por la toxicidad ambiental, agua, suelo, tierra y la toxicidad en alimentos a la cual estamos expuestos en nuestro país y en el mundo entero.
Es muy importante el papel hoy y su conocimiento orientado de esta manera y con toda libertad para que su creatividad dé resultados inimaginables para México y el mundo entero para estas generaciones y sobre todo para las que vienen, que bastante reto les estamos heredando y tenemos la obligación de rápidamente contrarrestar, con trabajo creativo, como el que va a seguir emanando con esta orientación con este sentido de colaboración al cual ahora, les llaman las políticas de HCTI, desde el Conahcyt.
Estamos realmente muy orgullosas, orgullosos por los proyectos que, a lo largo de la historia, el CIAD ha desarrollado generando un impacto significativo en la ciencia, a favor del pueblo de México, pero el potencial que tiene, ahora nos comprometemos en este enfoque colaborativo y de incidencia pertinente, el impacto va a ser mucho mayor.
Admiro los proyectos que tienen que ver con el desarrollo de alimentos más saludables, también destaco los estudios sobre seguridad que cada vez más tienen que estar encaminados a soberanía alimentaria, sobre acuacultura sostenible, que tiene que pasar de la moda a la realidad y a la transformación de las condiciones de vida de las comunidades, en donde se lleva a cabo, el desarrollo de tecnologías postcosecha, pero ojalá también nos enfoquemos cada vez más en profundizar en el estudio y en el escalamiento o en la recuperación de tecnologías que ven a la producción de alimentos como un proceso muy integral, sociocultural y socioambiental, fundamental.
Agradezco la audacia compartida de la directora y de todo el conjunto de colegas que la están acompañando en la administración del CIAD para ayudarnos a avanzar en las capacidades del CIAD hacia latitudes, en donde hubo un abandono del Conahcyt pasado y en donde hay mucha capacidad y queremos que esta capacidad germine; me refiero a el Centro de Estudios e Investigación en Bioculturalidad, Agroecología, Ambiente y Salud, que está enfocado justamente en retos que les estoy planteando en Colima, un estado rico en capacidad y en voluntad por transformar al país a su realidad y coadyuvar en favor de todas y todos, desde el saber.
El desarrollo de tecnologías y procesos para mejorar la conservación y el aprovechamiento de productos agrícolas, sobre todo, de los ambientes que favorecen la producción de los alimentos saludables y sin destruir el ambiente, están generando en todo el país estos faros agroecológicos que han llegado a decenas de miles de personas y que son parte de comunidades campesinas comprometidas con la agroecología, las cuales se convierten en estos faros que demuestran que podemos producir alimentos sin tóxicos, en particular, sin glifosato y usando enfoques agroecológicos que den como resultado mayores rendimientos, mayores utilidades, es decir sean económicamente viables y tengan impactos positivos y no negativos al ambiente e implique la producción de alimentos saludables, que estamos demostrando científicamente, gracias al decreto presidencial, que ya no tengan tóxicos como el glifosato y sean verdaderos alimentos saludables y no antialimentos que nos vayan enfermando poco a poco.
Felicito a la comunidad, para que estos más de 2,000 profesionistas en diferentes ámbitos que han egresado desde el CIAD y ahora, en su mayoría, contribuyen a México, también se sumen a esta conversación animadas, animados por ustedes mismos con sus exestudiantes y ahora colegas a seguir transformando nuestro quehacer, de un quehacer neoliberal, egoísta, competitivo, aun quehacer colaborativo, de suma, de encuentros, de sinergias, para ayudar a este proceso de transformación que ha iniciado el país y que no tendrá marcha atrás, gracias al acompañamiento de comunidades como la del CIAD y de todo el pueblo de México.
Muchas felicidades y todo mi reconocimiento a todas y todos ustedes.