Atención al decreto para prescindir del glifosato en México

Autor
Dra. María Elena Álvarez-Buylla Roces

Cargo
Directora General del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías

Fecha

27 de marzo de 2024

Es un honor poder recibirles en este renovado Conahcyt, con H, en esta actividad de personas que participamos en las comunidades de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación y a quienes han participado en este Proyecto Nacional de Investigación e Incidencia, que forma parte de un esfuerzo icónico del Conahcyt, que son los Programas Nacionales Estratégicos, a través de los Centros Públicos del Conahcyt.

Agradezco a todas y todos los productores, los campesinos, las campesinas, las comunidades, todas las personas que se comprometieron con sus familias, con sus territorios, anclados en sus milenarias culturas, que, además nos han dado de comer todos estos años, antes de que llegaran los transgénicos y el glifosato, nos siguen y nos seguirán dando de comer.

Esta gaceta es un esfuerzo magnífico de investigación de los 12 modos de manejo de arvenses integrales, sistémicos, inteligentes, ecológicos, acordes con los ciclos de la naturaleza; descubrimos más de 70 adicionales que se usan en cada rincón de nuestro territorio. Esta riqueza es realmente la que tenemos que salvaguardar, porque es una riqueza biocultural, no solamente biológica de estas culturas milenarias y en ellas siempre habrá alternativas al glifosato, pero también los agroindustriales privados han mostrado un interés y una voluntad de colaborar con estos esfuerzos mandatados, guiados como un faro con estos dos decretos presidenciales y ellos más que nadie saben porque lo ven en la salud de sus trabajadores agrícolas, de los jornaleros, de las jornaleras, de los niños que nacen con malformaciones por estar expuestos a estos agrotóxicos.

Están más conscientes de cuán importante es hacer la transición agroecológica también en sus grandes extensiones agrícolas porque saben que estas formas de producir alimentos agroindustriales han generado el cambio climático, porque es la agricultura Industrial la que emite los gases efecto invernadero más potentes al ambiente. Hay que empujar la transición energética con los autos eléctricos, pero no puede haber transición energética, si no hay transición agroecológica y hay que ver los niveles de temperatura que estamos teniendo.

También ellos están conscientes de esto porque ven sus suelos muertos, ven sus fuentes de agua tóxicas, no pueden tomar no solamente sus trabajadores agrícolas sino sus familias. Ven sus alimentos causando todas estas epidemias que no tienen su origen en agentes infecciosos, las grandes epidemias a nivel mundial del aumento de enfermedades como el cáncer, enfermedades crónico-degenerativas, el sistema nervioso, el autismo cada vez más frecuente en niños pequeños, el daño renal crónico letal en jóvenes de nuestro país, el planeta, la humanidad no aguanta más este modelo.

El decreto de poner estas prioridades con sentido práctico, ha puesto en marcha y de facto, una transición agroecológica, a partir de los grandes programas del gobierno Federal que han mostrado que es posible reforestar y generar empresas distribuidas, comunitarias, autosustentables en todos los aspectos y volver a los campesinos sujetos de producción de alimentos de bienestar, de una proporción muy alta de los alimentos que llegan a los platos de toda la humanidad.

No hay duda de que podemos producir con mayores rendimientos, mayores utilidades, mayores beneficios ambientales y de salud sin glifosato y sin agrotóxicos. Tenemos alternativas y aquí les exhibo solamente uno de los documentos de aprobación de los órganos desconcentrados coordinados por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, que es la Senasica que aprobó ya uno de los bioinsumos desarrollados disponibles en el país que, con una articulación industrial, ya se produce y se aplican en diversos programas federales.

De acuerdo con la encuesta nacional de uso de glifosato que hicimos, entre la Procuraduría Agraria y Conahcyt, proyectamos un uso de 2.6 % litros de glifosato a nivel nacional, pero si se compara con los más de 60 millones de litros de bioinsumos que producen de manera autogestiva las comunidades agrarias, las comunidades campesinas, es decir el total de glifosato proyectado a nivel nacional que se usa, son un poco más de 2 millones de litros, sin embargo, las y los campesinos, los productores pequeños de este país están produciendo ya decenas de millones de litros de bioinsumos, de manera autosustentable que está abaratando sus costos de producción, que está disminuyendo la presencia de estos agrotóxicos en los alimentos y con ello está contribuyendo, no solamente al bienestar de sus familias de sus territorios, sino de todos y todas.

Entonces sí tenemos ya sustitutos, que se pueden producir a escala industrial, que ya han sido aprobados por Senasica y que se seguirán aprobando, porque hay gran capacidad en nuestras universidades y centros de investigación, además de la gran articulación entre las dependencias del gobierno que trabajan a favor del bienestar del país entero.

Quisiera decir que estamos presenciando una manera inédita sobre el saber profundo, con toda esta gama de conocimientos que abrevan nuestras culturas milenarias y la importancia de las humanidades, las ciencias sociales. Se ha promovido desde el Conahcyt una ciencia libre, una ciencia para la vida, para la paz con justicia y este tipo de quehacer de investigación, humanística científica, tecnológica y también de verdadera Innovación pública soberana para el bienestar, garantiza lo que dice nuestra Constitución el derecho humano a la ciencia y a todos sus beneficios.

Esto se contrapone a lo que se abreva desde las instituciones de defensa, desde la ciencia bélica, desde la ciencia del exterminio y de la guerra y el linaje tecnológico, científico del glifosato es este. El glifosato se desarrolló como parte de uno de los componentes del agente naranja que se usó para defoliar todas las selvas vietnamitas para poder combatir a las guerrillas y, a pesar de que los expusieron, asperjando de manera masiva con avionetas, como ahora se asperja el glifosato en los grandes campos de cultivo de Sudamérica, generando esos terribles desiertos de soya, en donde se ha muerto todo.

De ahí se originó el glifosato y a los científicos con esta visión reduccionista y corporativa a los tecnocientíficos de las corporaciones, en el momento que se descubrió el ADN uno de los componentes más importantes la base molecular de la herencia, modificar las plantas genéticamente hacer transgénicas para que toleren a este glifosato y que no se mueran sus plantas, que como no podían patentar la vida, porque esa lucha la ganó la humanidad, pero sí podían meter esas etiquetas de propiedad privada a seres vivos, en particular a las transgénicas, esa es la finalidad del desarrollo de los transgénicos, pues podían asegurarse que solo sus transgénicas no se murieran y todo lo demás se muriera, pero las arvenses encierran una potencia biológica y han evolucionado durante años.

En las grandes extensiones de maíz transgénico en Estados Unidos, ¿qué planta creen ustedes que está retando a esta tecnología Imperial corporativa? pues el amaranto mexicano, resistente al glifosato está generando altos costos de producción porque, por los procesos iban a evolucionar arvenses resistentes al glifosato. 

Entonces no queremos otro tóxico, otro químico, por lo que desde este Conahcyt, con H, esta agenda de los Programas Nacionales Estratégicos responde con claridad a prioridades que siempre está guiadas por perseguir una soberanía científica y tecnológica como en el campo de la salud, en el campo de la transición energética, de seguridad y muchos otros que son parte de las contribuciones de esta ciencia para la vida, para la paz con justicia.

Muchísimas gracias