- Conacyt y Cofepris realizan la primera mesa de diálogo del foro científico internacional sobre riesgos asociados al uso y consumo de maíz transgénico y su regulación internacional
- Especialistas coinciden en la relación entre herbicidas tóxicos y transgénicos; señalan sus perniciosos efectos, con base en evidencia científica y empírica libres de conflicto de interés
- Exhortan a tomar acciones por la salud humana mediante actividades agrícolas sostenibles y justas social y ambientalmente
Autor
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
Fecha de publicación
2 de mayo de 2023
Categoría
Comunicado
El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), por medio de la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem), organizó el Foro Científico Internacional “Daños y riesgos para la salud por consumo de maíz transgénico y la regulación internacional” con la intención de abrir un debate público internacional sobre los efectos para la salud humana derivados del uso y consumo de organismos genéticamente modificados (OGM) y la exposición a herbicidas como el glifosato.
El foro concentró a especialistas en la materia con reconocidas trayectorias a nivel mundial que discurrieron sobre la evidencia científica y empírica existente, misma que se encuentra libre de conflictos de interés y que demuestra los perniciosos efectos del herbicida glifosato en la salud de la población humana de distintos países, así como en la salud animal de las especies de granja y silvestres. Asimismo, expusieron la indisoluble relación entre este herbicida y otros agrotóxicos con los OGM y sus impactos, además de otras posibles implicaciones a la salud humana por efecto del consumo de productos que contienen maíz transgénico y otros OGM.
En la apertura del foro internacional, la directora general del Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla Roces, reiteró el compromiso que se tiene desde el renovado Consejo Nacional “para trabajar por la transformación profunda de los sistemas agroalimentarios, para que sean más sanos, justos y soberanos por el bien de todas y todos; y siempre en respeto de la diversidad, en sintonía con las culturas de los pueblos de México”.
“México ha asumido un compromiso con la salud y la vida de las personas, por encima de cualquier interés comercial. […] México se mantiene firme en la protección de la gran riqueza biocultural del maíz y la milpa, que le debemos a las y los campesinos que siguen resistiendo y sembrando en cientos de poblaciones locales. Son ellas y ellos, los guardianes del maíz y las semillas nativas, quienes por razones culturales, sociales, técnicas y económicas, siguen haciendo de los territorios de México la fortaleza de nuestra soberanía”.
Destacó que el debate público permite construir espacios para escuchar, a través de conspicuas voces, información científica sobre los daños y riesgos asociados al uso y consumo del maíz transgénico y la exposición a herbicidas como el glifosato, así como sobre la regulación de estos desarrollos tecnocientíficos a nivel internacional.
“Para México, el cuidado del ambiente, la diversidad biológica y agrobiológica que hemos ido procurando en acciones culturalmente pertinentes con los pueblos, nos ha hecho reencontrarnos en una misma visión para cuidar y defender el maíz que originalmente han salvaguardado desde épocas milenarias, como un bien común que beneficia a la humanidad.”
El secretario ejecutivo de Cibiogem, Alejandro Espinosa Calderón, coincidió en que existe evidencia científica en torno a los daños causados por el consumo de alimentos hechos a base de cultivos genéticamente modificados y del uso de agrotóxicos asociados como el glifosato.
“Este evento es una más de las acciones llevadas a cabo por las dependencias de la Administración Pública Federal para dar cumplimiento a los decretos presidenciales de sustitución gradual de glifosato y maíz transgénico en la alimentación humana en México, y fortalece las acciones del Conacyt para generar y difundir información científica en torno al tema, de la mejor manera posible.”
El director de Regeneración Internacional en Australia, André Leu, presentó la correlación del uso de glifosato y el área de siembra de los OGM con el incremento en la presencia de 20 enfermedades en la población de Estados Unidos, a partir del aumento en la ingesta de maíz y soya transgénicos.
En este sentido, indicó que “muchos de los resultados muestran incrementos repentinos de estos índices de enfermedades a mediados de los años noventa, que coinciden con la producción comercial de cosechas de los cultivos genéticamente modificadas, pues el incremento significativo del uso del glifosato se debe al incremento de éstas”.
La investigadora senior del Instituto de Biología Integrativa en Suiza, Angelika Hilbeck, remarcó que se siguen comercializando las mismas variantes de canola, algodón, soya y maíz transgénicos desde 1996, año en que se liberaron al mercado.
Añadió que desde el principio se reconoció que “los posibles beneficios de los cultivos transgénicos estaban siempre contextualizados”, no así los riesgos, el peligro y el daño potencial, y que éstos “se presentaban con un abordaje reduccionista”.
El profesor-investigador de la Universidad de Caen en Francia, Gilles-Éric Séralini, expuso acerca de los compuestos tóxicos empleados en las fórmulas de los plaguicidas a base de glifosato, y cómo las grandes trasnacionales no declaran los ingredientes activos de estos productos, en perjuicio de la salud y alimentación humana y los ecosistemas en los que habitan. El doctor Séralini es un investigador comprometido con el bienestar humano que ha librado y ganado batallas legales con las empresas agrobiotecnológicas que ejercen prácticas oligopólicas a nivel internacional.
Comentó que “debemos entender la contaminación de los cuerpos para tratar de detenerla y lo que sabemos al día de hoy es que muchos de estos productos nocivos contienen fungicidas, y otros plaguicidas que la industria ha demandado. La detoxificación es posible, pero no debemos consumir alimentos contaminados con plaguicidas; lo orgánico puede ser la mejor opción alimentaria”.
La profesora titular e investigadora de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Leticia Moreno Fierros, presentó los trabajos de evaluación de los potenciales riesgos inmunológicos de toxina y protoxina CryA1c, cuyo uso se ha incrementado en el uso de cultivo y plantas genéticamente modificadas.
“Es necesario caracterizar con más detalles los efectos de las proteínas Cry1Ac en la mucosa intestinal, porque podríamos estar expuestos en estos sitios al consumir alimentos genéticamente modificados que contengan estas proteínas”.
Finalmente, a médica pediatra y directora ejecutiva de GMO Scienceen Estados Unidos, Michelle Perro, ahondó en torno a los efectos del uso y consumo de “alimentos sobrecontaminados por químicos sumamente tóxicos”, en la actividad agrícola y en la salud humana, principalmente la de las infantes y adolescentes.
“Si no abordamos soluciones basadas en la evidencia científica existente, seríamos cómplices de dañar a nuestras infancias a nivel mundial. Pedimos a todos los gobiernos que tomen una postura fuerte como en México, ya que no podemos sobrevivir con una agricultura de este tipo; hacer lo correcto en beneficio de las y los campesinos, sus familias y las sociedades.” La sesión inaugural del Foro Internacional “Daños y riesgos para la salud por consumo de maíz transgénico y la regulación internacional”, puede ser consultada en el siguiente enlace: https://bit.ly/3YNRgyL.
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