Del laboratorio a la clínica: el camino de un fármaco 

Dra. Lena Ruiz Azuara

Dra. Lena Ruiz Azuara

Investigadora de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)

Semblanza

Doctora en Química Inorgánica por la Universidad de Edimburgo, con posdoctorados en la Universidad de Cambridge, la Universidad de Nuevo México, Las Cruces, entre otras. Investigadora emérita del Sistema Nacional de Investigadores y de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pionera en la investigación de química inorgánica, química de coordinación, bioinorgánica y química inorgánica medicinal en México. Su principal línea de investigación se enfoca en el estudio y desarrollo de metalofármacos compuestos.

Ha sido galardonada con múltiples reconocimientos como Distinguished Visiting Scholar of the Global Science Institute Berkeley; líder de área otorgado por la Royal Society of Chemistry como Fellow of the RSC; Premio Nacional de Química «Andrés Manuel del Río»; Premio Universidad Nacional, Docencia en Ciencias Naturales; Premio Canifarma; Premio Coatlicue; y Premio «Martín de la Cruz» por el Consejo General de Salud, entre otros.

Conferencia

Síntesis

Lena Ruiz Azuara explica los esfuerzos que realiza en la investigación científica centrada en los compuestos de coordinación para desarrollar fármacos y así atender problemas relevantes de salud pública desde la soberanía tecnológica.

Del trabajo en el laboratorio, pasando por la aprobación de las instituciones de salud hasta el factor industrial, Ruiz Azuara explica el arduo camino hacia el desarrollo de nuevo fármacos y la importancia de la investigación básica en las universidades.

Punteo

  • Lena Ruiz Azuara explica la ruta de diseño de un fármaco, admitiendo que es posible hacerlo de diversas maneras: con un punto de vista de salud pública, al elegir la enfermedad más acuciante; desde la expertise, al seleccionar el tipo de molécula o blancos moleculares. Todos enfoques diferentes, pero muy válidos.
  • Ruiz Azuara señala que el camino hacia el diseño de un fármaco pasa por lo histórico. La penicilina se descubrió en 1920 y se utilizó en 1944. Así, la lidocaína como analgésico o la progesterona como anticonceptivo. En las civilizaciones antiguas, se conocían los beneficios de ciertos elementos, como el uso de minerales de cobre, plata y zinc como agentes desinfectantes.
  • Tras explicar las aportaciones de Peter Sadler en la materia, Lena Ruiz comenta que trabaja con su equipo compuestos de coordinación para diseñar fármacos, como las casiopeínas, de las que han hecho ya cinco generaciones en el laboratorio.
  • Asimismo, afirma que no es la toxicidad, ni la falta de eficiencia la causa de abandono de un fármaco, sino sus propiedades biofarmaceúticas: su solubilidad, cómo atraviesa membranas, en qué procesos metabólicos se ve involucrado, que incluso pueden anular el efecto, entre otros factores.
  • Tras explicar la diferencia entre farmacóforo, fármaco, metalofármaco y medicamento, sostiene que el último es el fármaco aprobado para su comercialización en una formulación farmacéutica.
  • La experta aborda su trabajo con metalofármacos y declara que la manera en que utilizan metales esenciales es una opción para bajar la toxicidad.
  • También explica lo que llama «el largo camino hacia un nuevo medicamento». En términos de moléculas, de cada 10 000 moléculas sintetizadas en una parte básica, 250 pasan a estudios clínicos básicamente por estabilidad y cinco alcanzan el registro sanitario.
  • Señala que es trascendental hacer fármacos en México, puesto que Estados Unidos produce el 61% de los medicamentos contra el cáncer; la Unión Europea elabora el 19%; 18% Japón y otros el 5 por ciento.
  • Finaliza reconociendo a su equipo de investigación e invitando a jóvenes a sumarse al esfuerzo.

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