Policy Briefs V
La energía es esencial para garantizar la mayoría de los derechos humanos; sin embargo, 4 de cada 10 hogares en México viven en condiciones de pobreza energética. Para remediar esta situación y para promover tanto el desarrollo como la autonomía a nivel local con base en fuentes renovables, la transición energética debe democratizar el acceso a la energía. Impulsar la generación distribuida de energía es una estrategia capaz de cumplir con este objetivo, pues consiste en la implementación de un conjunto de ecotecnologías integradas a la red eléctrica nacional, de forma que la ciudadanía pueda convertirse en “prosumidora” —productora y consumidora— de su propia energía. Lo anterior implica: (1) promover el desarrollo de proyectos de energía distribuida desde un enfoque de innovación social; (2) priorizar la eficiencia energética y el aprovechamiento del potencial renovable local; (3) simplificar aspectos legales, normativos y regulatorios; y (4) integrar la generación distribuida a procesos que impulsen proyectos productivos en las comunidades. De forma adicional, para que los proyectos de energía distribuida sean exitosos se deben cubrir los siguientes aspectos: monitoreo ciudadano, evaluación integral, sostenibilidad económica y evaluación de sustentabilidad.