En México, el segundo sector de mayor consumo energético es el industrial (33.4%), seguido por el residencial y comercial (20%), de un total de 4,760 PJ. En todos los casos, los combustibles fósiles son la principal fuente de energía, y los usos térmicos son los más comunes. Sin embargo, la disponibilidad y la producción de los combustibles fósiles presentan una tendencia a la baja a nivel global, y su uso intensivo ha demostrado tener impactos negativos no sólo para la salud pública, sino para los esfuerzos de mitigación del cambio climático. Ante este escenario, debemos transitar hacia un uso más sustentable, justo y soberano de la energía. En particular, se recomienda al sector industrial: (1) impulsar medidas para conseguir una mayor eficiencia energética; y (2) promover la sustitución de combustibles fósiles con bioenergía y calor solar. Para el sector residencial y comercial, se recomienda: (3) crear una cultura de ahorro energético; (4) formular programas y normas de construcción que incentiven el diseño bioclimático de las edificaciones; y (5) fomentar el uso de bioenergía y tecnologías solares.