EL CIRCUITO DE AUSCULTACIÓN HIDROGRÁFICA (CAH)

COLECTIVO PANÓSMICO

Mesa de exhibición. En el muro hay sensores que miden el oxígeno, la temperatura, el pH, el caudal y la turbiedad del río Becerra. Abajo, muestras de agua y la publicación Ay agüita, bitácora de trabajo del Colectivo. Fotografía de Colectivo Panósmico, 2020.
Instalación del Circuito de Auscultación Hidrográfica de noche. Fotografía de Colectivo Panósmico, 2020.

El Circuito de Auscultación Hidrográfica (CAH) es un proyecto del Colectivo Panósmico (Manolo Larrosa y Mariana Mañón) en colaboración con Roberto Michelsen, Iñigo Malvido, Francisco Ohem y Mateo Torres Ruiz, que surge como respuesta a la convocatoria Máquinas imaginantes, el concurso bianual que realiza LIGA, Espacio para la Arquitectura. El CAH es una instalación que funcionó como observatorio, recolector de datos, procesador de información e interfaz de lenguajes; como elemento vinculante entre medios, disciplinas y territorios, que imagina las posibilidades del paisaje y sus desequilibrios ecológicos; como  dispositivo que permite monitorear en vivo las condiciones en las que se encuentra cualquier cuerpo de agua.

Toma aérea de la presa Ojo de Agua en la colonia Los Pocitos, uno de los depositarios del cauce del río Becerra. Fotografía de Colectivo Panósmico, 2020.
Intervención fotográfica que imagina las posibilidades del río Becerra para sus habitantes. Fotografía de Colectivo Panósmico, 2020.

El CAH permite investigar las aguas subterráneas y superficiales que circulan en la ciudad de México, así como sus efectos en el ambiente, en relación con las condiciones histórico-temporales. En este caso, se enfocó en el río Becerra. Su exploración nace de la riqueza material que ofrece esta locación. Ubicado al poniente de la Ciudad de México, fluye desde las alturas de Santa Fe a través de los barrios que conforman Alta Tensión, entre Periférico y Patriotismo, hasta perderse en el drenaje profundo. La metodología de monitoreo consistió en crear un sistema vivo y un testimonio de las impresiones que genera el encuentro con agua corriente en la ciudad. El circuito recolectaba la información obtenida por tres estaciones de monitoreo instaladas en las presas del río, que transmitían en vivo, a través de internet, la información captada por cinco sensores que medían los valores de oxígeno, pH, caudal, temperatura y partículas disueltas. Estos datos eran a su vez transmitidos a una serie de recipientes con agua, de manera tal que la condición oculta del río pudiera reflejarse en tiempo real en el espacio de exhibición.