Los protocolos basados en la evidencia científica recomiendan no separar al recién nacido de su madre como mínimo en las dos primeras horas que siguen al nacimiento. Hacerlo es altamente perjudicial especialmente para la salud del bebé. Si no separamos al recién nacido de su madre el estrés del parto se resuelve rápidamente, la lactancia se va a iniciar espontáneamente, la interacción madre bebé va a ser mejor incluso un año después del parto. Separar a un recién nacido de su madre conlleva un estrés inmenso para el bebé junto con una vivencia que puede ser de abandono.

Y, según las reacciones de las mamíferas que muestran mayores agresiones si alguien las quita a sus crías tras el parto-p.ej., leonas, ratas, etc.-; y aunque nadie ha estudiado esta reacción agresiva en las mujeres cuando se las separa del bebé recién nacido. Tal vez por razones culturales se vuelque esa reacción contra sí mismas; no obstante, a nivel de química cerebral pasen las mismas cosas que cuando a la leona le quitan al cachorro. ¿Será un factor para la depresión posparto? No lo sabemos aún. Sólo una grave urgencia médica justifica separar a un recién nacido de su madre, y en ese caso de todas formas el bebé debería estar siempre acompañado de su padre u otro familiar.”

Referencia

Lendoiro, Gema (2016), “Separar a un bebé de su madre las primeras horas es muy perjudicial”, Entrevista a Ibone Olza, Psiquiatra Infantil y perinatal, El País, 20 octubre