Durante las últimas tres décadas, el cambio en el modelo de desarrollo agrícola a nivel nacional y regional, que promueve la maximización de las ganancias económicas a corto plazo y se traduce en la expansión de la ganadería y la agricultura industrial sobre bosques y selvas, la privatización de la propiedad social, así como en el aumento de la deforestación y el uso de plaguicidas, generó un fenómeno de declive de la diversidad y abundancia de abejas, lo cual amenaza la subsistencia de las personas que dependen de ellas. A través de las abejas, se afecta el patrimonio cultural y colectivo de comunidades indígenas y campesinas, la diversidad biológica, la polinización de la flora silvestre, la producción de miel, incluso los rendimientos de cultivos agrícolas.